jueves, 8 de agosto de 2013

Empresas ferroviarias destacan seguridad y responsabilidad maquinista de accidente

Madrid.- El accidente de tren en Santiago de Compostela del 24 de julio, que causó 79 muertos, llegó este jueves al Parlamento español, con la comparecencia de los directivos de las dos empresas concernidas, quienes resaltaron la seguridad de su servicio y descargaron la responsabilidad en el maquinista.

El presidente de la empresa que gestiona las infraestructuras ferroviarias (Adif) y el de la compañía pública de ferrocarriles (Renfe) acudieron al Congreso para someterse a las preguntas de los diputados sobre las características del tren siniestrado y la línea sobre la que circulaba.

El tren, que cubría la ruta Madrid-Ferrol, descarriló el 24 de julio por la noche en una curva cercana a Santiago cuando iba a una velocidad de 192 kilómetros por hora, muy superior a la fijada para ese tramo, que era de ochenta.

Según las "cajas negras" del tren, el conductor, Francisco José Garzón, hasta unos segundos antes del accidente hablaba por teléfono con el interventor del tren, que iba en otro vagón.

Garzón, de 52 años, está imputado por 79 homicidios por imprudencia y el juez decidió dejarle libre con cargos, pero le retiró el pasaporte y la licencia de conductor y le obligó a comparecencias semanales en el juzgado.

Los dos directivos trasladaron la responsabilidad del suceso al maquinista, algo que les reprochó algún diputado de la oposición al Gobierno, en especial que lo hicieran con mucha rapidez en las horas posteriores al siniestro.

El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, aseguró en el Congreso que "no consta ninguna notificación de anomalía" en el tren siniestrado que, añadió, había pasado esa misma mañana una revisión, con el resultado del correcto funcionamiento de los elementos de la máquina, entre ellos los frenos.

Gómez-Pomar también apuntó que el maquinista contaba con toda la documentación reglamentaria para la conducción y subrayó que existen tres grandes paneles en la vía que avisan de la cercanía de la curva en la que descarriló y que avisan de que la velocidad está limitada a 80 km/h.

Por su parte, el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, habló de un asunto que ha generado polémica en España, consistente en que la línea contaba con tramos de alta velocidad y otros de velocidad convencional.

La diferencia es que en aquellos se usa un sistema de seguridad que detiene el tren automáticamente si se excede la velocidad permitida, mientras que en los segundos sólo se activa el freno cuando el tren circula a más de 200 km/h.

Ferre dijo que el tramo del siniestro estaba inicialmente planificado como alta velocidad, pero que posteriormente se modificó a línea convencional, porque, dada la cercanía a Santiago, apenas habría reducción de tiempos de viaje con la alta velocidad y que la decisión, adoptada por Adid, no fue objetada por nadie.

Todos los grupos parlamentarios de oposición se mostraron dispuestos a estudiar y revisar los protocolos de seguridad de las infraestructuras ferroviarias, si bien el gobernante PP enfatizó que que los actuales funcionan correctamente

En Santiago (noroeste), el juez que instruye el caso llamó hoy a declarar a tres testigos para que aporten información con la que proseguir al investigación.

Se trata del jefe de circulación de la estación de Santiago y dos vecinos de la localidad de Angrois que auxiliaron al maquinista, que resultó herido leve en el accidente y del que pudieron obtener algunas impresiones tras el siniestro.

Mientras tanto, la Policía Científica ha dado por acabada la búsqueda de objetos entre los restos del convoy siniestrado, después de que ayer encontrara el teléfono celular del maquinista y su ordenador portátil.

Por La Redacción
Fuente: EFE

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