miércoles, 15 de julio de 2009

Delincuencia al más alto nivel…

Por Félix Vásquez

Los dominicanos enfrentamos una delincuencia Estatal y gubernamental, cada vez más creciente, aunque no son iguales, ya que la gubernamental es la que va de paso, se instala cada cuatro años en el Palacio Nacional, mientras que la Estatal, es aquella que se ha reciclado por décadas.

Claro estas, que los inquilinos de casa presidencial son compromisarios de la delincuencia al más alto nivel. Compuesta por bandas que se hacen llamar funcionarios, ministros, secretarios de Estado, entre otros.

Estas bandas están vinculadas a robos, atracos, narcotráficos, trafico de influencia, aventureros, asesinatos, sin que se pueda invocar a ningún mecanismo de prevención.

Todos los días, vemos como en los barrios de nuestro país, vemos como cientos de jóvenes son llevados a las cárceles, hospitales y cementerios, acusados en la mayoría de los casos por los que generan y apadrinan algún tipo de delincuencia. A lo que se le suman los reportes policiales, con el único interés de cubrir su participación en sucios negocios.

Las legislaciones vigentes establecen prisión hasta de 30 años, pero tenemos una justicia tuerta, no ciega, por eso solo se lleva a los desheredado de la fortuna, es decir los que no tienen apellidos sonoros, ni viven en sectores “exclusivos”.

El sistema judicial dominicano no es lo suficientemente fuerte e independiente, para aplicarles las mismas medidas a todos.

A todo esto tenemos que agregarle que el narcotráfico, hasta a tocado a la puerta de la Casa de Gobierno, ¿Pero entro? ¿Quién le abrió la puerta? Ayúdeme con la repuesta…

Se entiende que el gobierno tiene que darle un trato especial a sus delincuentes, aunque nos parezca injusto que impida algunas autoridades judiciales hagan su trabajo, cuando tratan de prevenir, castigar y prevenir, la diversidad de crímenes que nos arropan.

El resultado de la política publica ante la multiplicación de la delincuencia Estatal y gubernamental, ha sido esconder la cabeza como el avestruz.

En nuestra sociedad existe la necesidad de aplicar los correctivos de lugar, a todos los que infringen las leyes, sin importar estatus social, religioso, político o económico.

Justicia social no debe confundirse con complicidad o impunidad, por lo que es tiempo de enfrentar la delincuencia sin importar como ande vestida.

Por todo lo antes señalado podemos decir que los dominicanos vivimos en un estado gansterizado, donde los actos y hechos de corrupción lejos de ser castigados son premiados.

Al final solo quiero señalar un pequeño ejemplo, el presidente de la Republica y del Partido de la Liberación Dominicana, recibe donaciones de funcionarios nombrados por él, para su fundación, la famosa FUNGLOBE.

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