SANTO DOMINGO, RD.-El obispo de la Diócesis de Santo Domingo, monseñor Francisco Arnaiz atribuyó a la pasividad de la sociedad civil y a la indolencia estatal los males que desde la fundación de la Patria han aquejado a los dominicanos, entre ellos la falta de educación, de salud, vivienda y red vial adecuada.
Sostuvo que “la irresponsabilidad, la postergación de ciertos derechos fundamentales de todos”, así como la falta de los mencionados servicios básicos son producto de “la intolerancia, la indolencia y parsimonia estatal, y la pasividad de la sociedad civil, esperándolo todo del Estado”.
Durante el tedeum con motivo de la celebración del 148 aniversario de la Restauración, Arnaiz llamó a todos los sectores a sentir la “sacrosanta obligación” de poner al servicio de la Patria de todos sus dones porque, a su entender, “lo que encumbra a los pueblos es el conjunto de sus virtudes. Los altos valores que determinan sus conductas, el esfuerzo generoso y denodado de todos sus hijos en un común empeño”.
Sostuvo, asimismo, que el trabajo serio, responsable, inteligente, apoyado en la técnica, organizado y bien remunerado, son otros de los factores que determinan el progreso de las naciones.
“Qué distinta sería la patria, si pudiese contar a pleno rendimiento con todos los talentos que posee repartidos entre sus hijos”, sostuvo el obispo jesuista.
Criticó, también, que no se valore el potencial productivo, agropecuario, turístico, industrial y minero, del territorio dominicano, cuando éste posee “inmensa potencialidades” de ensancharse en la ciencia y en en técnica y que solo espera para salir de su letargo el trabajo inteligente y sostenido de todos los dominicanos.
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