jueves, 18 de julio de 2013

Julio Maríñez responsabiliza a Hipólito Mejía de cualquier incidente lamentable

Santo Domingo.- El presidente de la Comisión de Control del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Julio Maríñez, responsabilizó este jueves al ex presidente Hipólito Mejía de cualquier incidente lamentable que pudieran dar lugar sus amenazas de “tomar las calles, y provocar desórdenes durante el día de mañana”.

Hablando en representación de las autoridades institucionales del PRD, Maríñez expuso que carece de base legal el alegato hipolitista de que el mandato de las autoridades perredeístas electas el 27 de septiembre de 2009, y proclamadas el 28 de febrero de 2010, concluye mañana, cuando conforme los estatutos del partido termina el 28 de febrero de 2014.

“Responsabilizamos personalmente y directamente al ex presidente Mejía porque en la mañana de hoy el dirigente perredeísta Héctor Guzmán, autorizado a hablar en nombre de Hipólito, dijo a la prensa que se proponen realizar acciones de protesta en base a un alegato que carece de base legal”, puntualizó Maríñez.
Ilustró que la realidad de que el mandato de Vargas y demás directivos es hasta el 28 de febrero del próximo año, fue ratificada en el mismo recurso de amparo hecho a nombre de 600 ó 69 hipolitistas que supuestamente fueron excluidos del CEN, lo que no pudieron probar en el Tribunal Superior Electoral (TSE).

Maríñez documenta que en el numeral 21, capítulo IV, página 11 de la acción de amparo de los abogados del grupo de Mejía se alegó textualmente que “El artículo 172 de los estatutos establecen que el período de duración de los elegidos será de 4 años, lo que significa que los accionantes fueron electos en un período de 4 años y su mandato expira el 28 de febrero 2014”, por lo que, como el resto de las autoridades, incluyendo al presidente del partido, Miguel Vargas, debieron ser elegidos el 28 de febrero de 2010.

 Maríñez exhortó a Mejía a ponderar que la familia perredeísta y la sociedad dominicana esperan de él una conducta digna de su rol de exjefe de Estado, y no su lenguaje “virulento”, exhortaciones al desacato de las decisiones institucionales del partido al que perteneció, y el desacato también a la Constitución, las leyes y a las sentencias de los tribunales de la República.

Por La Redacción


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