España.- Las 79 víctimas mortales del accidente de tren ocurrido en Santiago de Compostela y la heroicidad de los vecinos que corrieron a auxiliares y de miembros de los equipos de rescate fueron recordados y elogiados ayer durante un solemne, emotivo y multitudinario funeral.
Los familiares de las víctimas, muchos de los vecinos del barrio de Santiago de Compostela donde descarriló el tren el pasado miércoles asistieron al funeral en la catedral de la ciudad, mientras que miles de fieles y personas que quisieron expresar su solidaridad siguieron la ceremonia religiosa a través de una pantalla gigante instalada fuera del templo.
La mayor parte de los 79 muertos son españoles, pero también se encontraban ciudadanos de Colombia, México, Brasil, República Dominicana, Italia, Francia, Argelia y Estados Unidos, que causó más de 150 heridos.
Asistió a la ceremonia el príncipe Felipe de Borbón, heredero de la Corona española, acompañado de su esposa, la princesa Letizia, y su hermana la infanta Elena, al igual que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el jefe del ejecutivo regional de Galicia, Alberto Nuñez Feijoo, así como ministros y autoridades eclesiásticas.
El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, dijo a las familias de las víctimas que Galicia y España les "llevan en el corazón" desde el accidente.
Los vecinos del barrio de Angrois, donde ocurrió la tragedia y quienes fueron los primeros en llegar para socorrer a las víctimas asistieron también a la ceremonia, en la que se elogió su valentía y coraje.
Barrio fue el encargado de oficiar el funeral por las víctimas del accidente ferroviario ocurrido el pasado miércoles, en el que más de un centenar de personas resultaron heridas.
Tras la ceremonia religiosa, el príncipe Felipe de Borbón, su esposa, y su hermana, se dirigieron a los familiares de las víctimas a los que estrecharon las manos, abrazaron y besaron pronunciando palabras de consuelo.
Algunos de los familiares no pudieron contener las lágrimas durante esos momentos, en los que los Príncipes y la Infanta Elena les expresaban su solidaridad y pésame.
También Rajoy, otros miembros de su Gobierno y el jefe del ejecutivo regional gallego saludaron a las familias de las víctimas de la noche del 24 de julio en Angrois.
El arzobispo comenzó su homilía con un recuerdo "orante" para los heridos que siguen en los hospitales y les deseó una pronta recuperación, y a las familias de las víctimas mortales les expresó el apoyo de "todos".
"Desde el primer momento os hemos tenido en nuestro corazón como también a ellos. Os ha llevado en su corazón Galicia y España y tantas personas. Cardenales, obispos, religiosos y laicos más allá de nuestras fronteras me han pedido que os transmita sus condolencias con su oración y solidaridad", afirmó el prelado.
Barrio destacó que, muy especialmente, desde el primer momento el papa Francisco "acompañó a Galicia en su dolor con su cercanía espiritual, con su fraterno afecto y su emocionada solidaridad".
"Se lo agradecemos vivamente. En el atardecer de un día que se presentaba festivo, la noticia del accidente ferroviario sobrecogió nuestra alma que buscó en la oración el sosiego para encomendar al Señor a los fallecidos, pedir la recuperación de los heridos e implorar el consuelo y la serenidad para las familias de las víctimas", agregó.
El arzobispo, quien también tuvo unas palabras de recuerdo de las 38 víctimas del accidente de autobús ocurrido hoy en Italia, ensalzó la labor de todos aquellos que se desvivieron para atender a las víctimas del tren descarrilado en Santiago de Compostela, y el "esforzado" trabajo de cuantos colaboraron para paliar el inmenso dolor que siguió al siniestro.
"Al Santo Apóstol Santiago y a nuestra madre la Virgen María les pedimos que hayan peregrinado con ellos hasta el Pórtico de la Gloria celestial", concluyó el arzobispo, que estuvo acompañado en la celebración de los obispos de Ourense y Astorga (España), José Leonardo Lemos y Camilo Lorenzo, respectivamente; y de Quebec, Lionel Gendron, entre otros prelados.
Desde una hora antes del funeral, las campanas de la catedral de Santiago de Compostela doblando y las plazas aledañas al templo se llenaron de peregrinos, turistas y curiosos.
Fuente: EFE
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